Cualquiera que vea este titular y la primera negrita
destacando a una persona física como la del presidente Trump, no tendrá muchas dudas. El nuevo presidente de los EE.UU. ha
dado en tres meses pruebas suficientes de su estado mental habitual. Pero si
empieza a hacer bombardeos de cierta entidad una vez a la semana, es posible
que sin que acabe el trimestre obtenga una respuesta de cierto calibre. Y no
habrá muchos motivos para celebrarlo.
Sin embargo, el recuerdo del simpático protagonista de
dibujos animados me había llegado antes. El lunes
santo. Escribiendo un lunes de pascua,
también nos damos cuenta de donde estamos metidos y porque es posible que la
ministra Cospedal se atreva a
ordenar que las banderas ondeen a media asta en las instalaciones militares por
una muerte ocurrida hace aproximadamente dos mil años. O por una creencia más o
menos relacionada.
Eso último da lugar al penúltimo acto de postureo de la gestora del PSOE que se
enzarzará en el Congreso con el asunto. Otros congresistas, en este caso
estadounidenses, protagonizaron otro simpático
asunto en las vísperas de la salida vacacional masiva del miércoles pasado. No
lo he visto escrito con claridad ni escuchado con esa misma claridad, pero
podría resultar que dichos congresistas tuvieran una noche loca en Barcelona y
no llegaran a tiempo a sus citas de Madrid con altos cargos del gobierno
central. Después el ministro Dastis
pagó con la misma moneda… como si no hubiera temas más serios en las relaciones
bilaterales con la gran potencia atlántica.
Defensa y Exteriores en plan folclórico. La tercera cartera
de las que se suponen el trío básico del gobierno, la de Interior, también ha
celebrado las santas fechas a su bola e ignorando que nuestra Constitución no
indica que España sea un estado confesional. Una condecoración difícil de
entender en nuestro entorno europeo, al hermano mayor de una cofradía
malagueña, que no consta que haya prestado un servicio extraordinario a la
comunidad en terrenos relativos al ministerio de Zoido.
Así las cosas, después de muchos años acudí el martes a ver
la procesión del Encuentro. No es que Santander figure en ninguna guía por su
importancia en actos de la Semana Santa pero el del martes siempre me había
parecido que disponía de una escenografía que superaba el mundo de las
creencias personales como ocurre, por otra parte, con algunos de los mayores
éxitos procesionales en las capitales que son famosas por sus semanas santas.
Pues bien, en Santander, la carpa que hace años se instala en la Porticada con
las imágenes que salen en procesión, impide que el Encuentro, entre la Virgen y
su Hijo, se desarrolle en esa plaza arruinando, a mi entender, lo más relevante
del acto.
Dos notas, relacionadas, para terminar. En el pleno del
Parlamento regional del lunes pasado se escuchó a un diputado socialista, que
además es el senador autonómico, decir que las ardillas deben hacer las maletas
si se tala el bosque de Loredo. Ese diputado tiene conocimientos de bosques
superiores a la media. Pero es todo un estilo decir las cosas de esa manera.
Coloquialmente y en tono irónico: haciendo amigos. Perdió la ocasión de
ilustrarnos con sus conocimientos para rematar, con una supuesta gracia, a una
diputada de la oposición. No recuerdo bien la relación del pájaro loco con las
ardillas. Pero los pájaros carpinteros también aparecieron por el pleno de San Rafael.
Otro tema en el que el gobierno se ha empleado a fondo,
incumpliendo leyes y tratando de
perjudicar de manera notable a un menor extranjero no acompañado está a punto
de culminar. La propia vicepresidenta estuvo visiblemente alterada en el
Parlamento cuando se trató ese tema pero una abogada, en turno de oficio, y un
medio de comunicación local, más la sociedad civil organizada que consiguió más
de cien mil firmas a favor del menor camerunés, han ido logrando que Samuel pueda llegar a quedarse en
España de forma definitiva. Porque le ampara la ley. A pesar de los intentos
del gobierno. Revilla nunca hablará
de eso en prime time.
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