lunes, 13 de junio de 2016

Homotecias

Ayer, domingo por la tarde, unos centenares de kilómetros de vuelta a casa con charla divertida. Mitad norte, Castilla, País Vasco, Cantabria, sin los calores que ya se han instalado en la mitad sur de este país tan diverso. Como profesional de la enseñanza, incluso en situación de clase pasiva, los estudios, los planes de, ocupan una parte de la charla. En Francia tiene que ser muy aburrido. Generaciones con el mismo plan de estudios.

Yo no tuve el mismo plan que mi hermano, 9 años mayor. Conmigo se acabó uno, el de los chicos de Preu -había alguna chica pero no muchas. Después llegó el COU, sin prueba de acceso a la universidad unos pocos años y con ella desde, creo, 1975, hasta este año en que es posible que se estén celebrando las últimas. No ha sido todo.

Las primeras promociones de COU hicieron el mismo bachiller que yo, de seis años, con dos reválidas al terminar cuarto y sexto. Después se eliminaron las reválidas. Más tarde llegó la EGB/BUP. Se aumentó un curso la escolarización obligatoria pero, según una determinada visión del mundo educativo, descafeinando los contenidos. Para esa visión la hecatombe llego en 1990 con la LOGSE y su enseñanza secundaria obligatoria más dos cursos de un nuevo bachiller que para bastantes alumnos se convierte en tres o cuatro años de estudio… y siempre una misma cantinela: Antes todo era mejor.

Más conocimientos, más disciplina. No voy a entrar en esa polémica que juzgo bastante estéril. Solo hago un apunte que también sirve a la hora de medir el denominado fracaso escolar. ¿Desde cuándo asistimos en España a una escolarización obligatoria de todas las personas menores? Insisto, de todas. No es lo mismo un programa férreo y apretado, para una minoría de la población escolar, con recursos familiares de todo tipo, no sólo ni principalmente económicos, que pretender extender ese mismo programa a la totalidad del universo escolar. Es bastante sencillo pero no siempre se entiende. La generalización del sistema y del programa de estudios no puede sostenerse en el dominio de determinados conocimientos.

Por ahí vino ayer la mayor risa. Yo cursé la rama denominada de ciencias. Empecé Preu con entusiasmo. En el último examen de reválida había comprendido para qué podían servir las integrales. Creo que el programa de matemáticas terminaba con algo denominado Giros, inversiones y homotecias. El último término dudo que pueda ser definido con soltura, sin consulta previa, por la inmensa mayoría de quienes estudiamos aquello. Al menos los de griego quizá sepan la etimología de la palabra y se acerquen más al significado.

Ya en casa, anochecido, me entero de lo sucedido en Orlando, Florida, y se termina el buen humor. Mezclar religión y homofobia es un juego muy peligroso. Lo mismo para el asesino que para el aspirante Trump. El asesino podía haberse entretenido con alguna teoría matemática, incluso de las que tienen poca aplicación práctica. Como los asesinos de sus parejas que se suicidan posteriormente deberían saber más de algunas propiedades matemáticas y suicidarse antes de asesinar.



3 comentarios:

  1. Lo malo del "sistema" educativo no estriba en los cambios, no, sino en los cambios inmotivados, irreflexivos, sin tiempo para comprobar qué produjo el cambio anterior ni cuál será el criterio para evaluar el impacto del cambio presente.

    Un colega y amigo -alemán- me dice que ni siquiera Hitler modificó el esquema de la educación alemana. Introdujo la asignatura de Formación del Espíritu Nacional, o algo así, pero no se le ocurrió cambiar el modelo de primaria, reválida, instituto y universidad -fortísimamente selectiva, por cierto-. Una educación rigurosamente pública, hasta los niveles superiores, pero rigurosamente exigente, como ha seguido siendo.

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  2. Suponiendo que la información de tu colegas sea exacta, mira bien la diferencia. Aquí pensamos y nuestros politi-quillos se lo lanzan al morro cada dos por tres que los cambios en leyes educativas son un juego entre PP y PSOE. La ley del bachiller de siete años+prueba de grado sin ninguna optatividad creo que es de 1938 y se reforma en 1957. Después viene la LGE de 1970 y la creación de la selectividad en 1974 se estrena en 1975. Hasta ahí la educación en la dictadura. Nuestros hitlers si eran partidarios de cambios sin esperar a ver resultados...
    Personalmente creo que es un asunto sin arreglo en España. Se habla del pacto por la educación pero solo se habla...

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  3. Pues incluso así el franquismo impuso menos cambios, e incluso tal vez menos tontos. Lo de ahora es el súmmum, con aderezos autonómicos que ya no tienen ni latinajo descriptivo. Lo de ahora es que los estudiantes protestan porque les "han cambiado al profe de selectividad, y no entienden al nuevo". (En cuanto a mi amigo, alemán, muy alemán, estoy casi seguro de que no habla sin rigor: es implacable.)

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