domingo, 6 de abril de 2025

No son halcones

 

Son palomas de las que se cargan las fichas del tablero después de cagarse en él. Como dice el principio de asimetría de Brandolini, también conocido como principio de asimetría de la estupidez, que conocí gracias a Yago Álvarez en “Pescar el salmón” y al que hice referencia hace año y medio. También cita el periodista pontevedrés un antecedente de hace más de un siglo en Mark Twain, que parece que afirmaba que nunca hay que discutir con un ignorante pues te hace descender a su nivel y ahí te gana por experiencia.

https://robertoruisanchez.blogspot.com/2023/11/rrofs.html

La semana de las inocentadas en buena parte del mundo termina con lo que dos exponentes del capitalismo serio e integrista han bautizado en términos muy poco elogiosos para el agitador mundial. Para el Financial Times, Trump acaba de cometer “un asombroso acto de autolesión”. The Economist es más directo, “Una imbecilidad”. Sin descartar una estulta combinación de ambas. Claro que estas portadas, como la del ABC excomulgando a Mazón, ya no son lo que eran. Alguna de ellas, alguna vez, incluso ha ensalzado la política económica del gobierno español…

Las inocentadas de abril amparan el ascenso del nuevo, o no tanto, fascismo. En el Parlamento balear un diputado ultra se ha permitido felicitar el día de la victoria al presidente Sánchez. Probablemente un acto de apología del terrorismo que ha amparado el presidente, y presunto delincuente, de ese Parlamento. El mismo día un juntaletras  ultra, con mucho pago a sus espaldas en indemnizaciones por vulnerar honores diversos y con muy poco respeto por la fiscalía de derechos humanos, con las leyes en general, se despacha a gusto con el tema del callejero de Santander abordado aquí la semana pasada. El periódico que ampara la firma del juntaletras dice estar inspirado en los principios del humanismo cristiano y en la doctrina social de la Iglesia… Y siguen sin movimientos las tumbas de Erasmo de Rotterdam, de León XIII, de Juan XXIII.

No es la noticia de esta semana pero me ha llamado la atención. Al parecer el genial Einstein no era buen marino. Cometió alguna torpeza en su velero y más de una vez tuvo que ser rescatado tras volcar. Lo primero que me enseñaron en primero de vela fue volver a poner el barco en su sitio y subirte a él tras volcar. Einstein debió ser autodidacta. Y no se puede saber de todo. ¿De qué sabe Trump que nos hace añorar a Thatcher y Reagan, dama y caballero del desguace del estado del bienestar? Tras Margaret, el Reino Unido quedó más transformado de lo que dijo Guerra que le iba a pasar a España. Con el declive imperial y la derrota de los sindicatos, ni la madre que lo parió pudo reconocer al citado reino. Reagan, en confluencia con el Vaticano, ayudó  a terminar con el mundo bipolar de cuarenta años. Todo es ahora más confuso. El húngaro Orban abandona la Corte Penal Internacional dando un portazo y recibiendo en Budapest a un criminal como Netanyahu y tenemos tanto a dónde mirar –la masacre en Gaza continua-  que casi no nos enteramos. Del mismo modo, los supuestos patriotas de Vox buscan y no encuentran brochas a las que agarrarse, para seguir siendo la quinta columna de la Casa Blanca en España. ¿Qué papel cree el descamisado Abascal que tuvieron en 1808 los patriotas como él? Y el PP que sigue deshojando margaritas sobre sus relaciones con esos patriotas. Tan alucinante como quienes en los Estados Unidos, con mono azul y trabajos precarios, siguen confesando su “very much confident” en Trump, el de la torre en Manhattan con más espejos que Versalles…

De vuelta a casa, Revilla se ha encontrado con un cable en forma de querella que el rey emérito –“zángano” se usa poco pero tendría interés rescatar el término-, le ha echado y en la que resulta muy difícil descolocarse. Hay que estar tan descolocada como la presidenta Buruaga para situarse en el lado del zángano emérito.  El PRC ha encontrado una pantalla de protección mientras señala a la heredera de Revilla. Sin embargo, Buruaga y el consejero de Educación, Silva, se encuentran con la mayor protesta de la Enseñanza en esta región. Tan grande que la presidenta la califica de desproporcionada. Tanto como su inutilidad y la de su escudero, que han animado la protesta con sus provocaciones. No hicieron nada parecido con la Sanidad hace año y medio.