Publicado en El Faradio el lunes, 27
He probado a poner en Google: Apocalipsis 16, 16 y sobre el
plano de las proximidades de mi casa no lo encuentra: Bien! Si no me alejo
mucho cuando me dejen salir, estaré a salvo. He vivido un tiempo suficiente en
Barcelona para saber que hoy es la celebración de la Virgen de Montserrat y
que, como ella sabe, nunca me gustó esa mezcla de religión y nacionalismo
desbocado. Aquí, toda mezcla de religión y nacionalismo es nacionalcatolicismo y yo
llegué a Barcelona cuando el nacionalcatolicismo, el otro, todavía tenía
fuerza.
La pandemia me está haciendo progresar en el camino del
jacobinismo. Cuando haya un balance, y lo habrá, de esta vamos a salir aunque
todavía nadie sabe cómo será esa salida –y quien lo sepa que lo diga ya, que no
espere a después de- Bueno, pues después de que salgamos, un balance
imprescindible en España, en el conjunto de sus territorios diversos, será el
de contar con claridad que hemos ganado/perdido los ciudadanos con las
competencias en Sanidad repartidas por las 17 comunidades autónomas. No digo
que todo hayan sido pérdidas. Hablo de un balance y después ya veremos que
advocaciones marianas se pueden salvar.
¿Tendremos nosotros algún aviso de que lo nuestro se acaba? ¿Los
tenemos ya y no hacemos caso? Escribe Irene Vallejo, páginas finales de El
infinito en un junco, que al final del siglo IV los romanos estaban abandonando
la lectura seria. Cita al historiador Amiano Marcelino que se indignaba de que
sus compatriotas chapoteasen en la trivialidad más absurda mientras el imperio
iba desmoronándose de modo inexorable. Parece que hubo un momento, con los
bárbaros a las puertas, en que se reclamaba antes a un cantante que a un
filósofo… Nuestra telebasura, nuestra prensa amarillenta, las post verdades
–curiosa manera de definir las mentiras de toda la vida- ¿Equivalen al chapoteo
trivial de los romanos de los finales del Imperio? ¿Estamos preparados para la
caída de nuestro Imperio?
Ignoro si ha habido ayer tanto desmadre, en el primer día de
niños un-poco-libres, como se refleja en las redes. He escuchado al presidente
valenciano Ximo Puig y alguna alusión ha hecho. Espero con mucha fe que las
tentaciones de convertirnos todos en la policía de balcón de los demás, sea
efímera. Uno de los recuerdos más ponzoñosos que guardo de mi adolescencia es
una conversación de mi madre con un policía de paisano. Mi vecino de enfrente,
algo mayor que yo mismo, iba a ir al servicio militar obligatorio. Calculo que era
a mitad de los sesenta, con los Beatles paseándose ya por España y los Rolling
escuchándose en la radio. La BPS franquista preguntaba a los vecinos por la
orientación familiar del que iba a vestir el uniforme. El informe de mi madre
fue positivo. Eran una familia de “orden” Algunos años más tarde pudieron hacer
lo mismo conmigo en la puerta de enfrente. Si llegamos a algo parecido otra
vez… Simplemente espero no alcanzar a verlo.
El confinamiento va cargando. Me lo descubro el jueves 23. La
muerte de J.M. Calleja, al que conocí personalmente, del que me gustaba su
participación en algunas tertulias, pero sobre todo, muy amigo de amigos muy
cercanos, me ha reblandecido. Y es Sant Jordi, a mí la fecha se me incorporó
así, en catalán, en 1971. Y ahora este Sant Jordi especial, y también han
llevado al hospital en Barcelona a una persona muy cercana, que falleció dos
días más tarde y otra, también allí, está muy malita… y ya han muerto los
padres de tres amigos, solo uno del virus, pero es en esta situación… todo va
cargando. Incluso un homenaje en Santiago de Chile a Luis Sepúlveda, al que
también conocí hace un par de años… Supongo que no pasa nada, incluso puede ser
bueno descubrirse, casi seis semanas más tarde, un poco blando.
Y como cada vez está más cerca el final, algún final aunque
sea transitorio, voy a indagar en un recuento que hacía Jabois ayer en El País. Por tener claro
en qué momento o en cuántos días se pudo retrasar el gobierno en decretar el
parón que supuso el estado de alarma. La OMS no declaró la pandemia hasta el
miércoles 11 de marzo, dos días antes de que el gobierno nos comunicara a los
ciudadanos el inicio del confinamiento para el sábado 14 a mediodía. Dentro de poco
todo eso tendrá poco valor o se tratará de disminuir el valor que pueda tener. Los
datos se llevan mal con las percepciones impulsadas… ¿Desde el espacio exterior?
¿Se discute por 24 horas o se trataba de adelantarse a la OMS? Esa misma OMS
hizo una declaración el 24 de enero a la que algunos se han agarrado como a
clavo ardiente para intentar demostrar la indolencia, como mínimo, del gobierno
español. Incluso alguno de la profesión médica la ha citado, me temo que sin
haberla leído. No es por mantener el suspense es solo que todavía estoy
confinado y lo que no escribí sigue en el armario. Pero saldrá.