Entrada publicada hoy en Aquiconfidencial
No me atrevo a hacer balance pormenorizado del año pero desde el mundo de las sensaciones, naturalmente subjetivo, no apunta nada bien. No hablo de nada estrictamente personal. Las alegrías o tristezas personales tienen un interés muy limitado. El tema es que no solo cerramos un año difícil, como mínimo el tercero de una serie nada fácil, es que los que parece que saben dicen que no viene uno mejor.
Afirmar de alguien que parece que sabe, pongamos un ministro de economía, cuando ha estado en el puente de mando del barco de la catástrofe –alto ejecutivo de Lehman Brothers entre 2006 y 2008- es algo muy similar a lo que escuchaba desde pequeño de poner la raposa a cuidar del gallinero. Ahí estamos. No por nada sobrenatural. Ha sido la voluntad mayoritaria y eso solo puede merecer respeto.
El bagaje intelectual de algún ministro ha quedado muy tocado después de ejercer una oposición muy cercana al terrorismo, ojo, en las formas. Si el ministro de Hacienda hace pocos meses- cuando nada menos que el Financial Times reclamaba mesura al PP y apoyo al gobierno- proclamaba con amplio chorro de voz que nuestro caso y el de Grecia eran más que similares, absolutamente iguales, la credibilidad actual cuando esté obligado a decir otras cosas, muy diferentes, será como mínimo, escasa. Credibilidad escasa cuando lo que decían que España necesitaba, supongo que sigue necesitando, era justo eso, credibilidad.
Una nota positiva y espero que no parezca frívola. Estaba leyendo “El chino” de Mankell cuando se ha dado el “hecho sucesorio” en Corea del Norte. No creo que haya muchos occidentales que de verdad entiendan Oriente. Yo me reconozco incapaz. El autor sueco, del que solo había leído su serie del detective Wallander, me ha sorprendido. Al final, y dadas las fechas, está uno encantado de nuestra transición de ZP a PM (presidente Mariano) y la que se viene dando en la Europa ¿unida?. Seguramente es buena incluso la de Madrid capital que se materializa en los momentos en que escribo esta columna.
Quien no se conforma es que no quiere. Es otro aforismo como el de la raposa. De los que vienen casi en el ADN por escuchados desde la cuna. No digo comparar con Corea del Norte, con Italia y Grecia sin ir más lejos y ya quedamos medio bien. Puestos a soportar una dinastía, la de los Borbones ya alcanza tres siglos por esta parte del mundo. La de Corea es mucho más reciente. La de aquí ha emparentado recientemente con urdangarines de significado confuso, no hablo de etimología Euskara, pero los Kim-il-Sung son unos advenedizos, además de muchas otras cosas y están ahora a punto de celebrar, el próximo abril, el centenario del fundador. Sin duda comparaciones odiosas.
Empezamos el año con un gobierno a estrenar. Un gobierno bastante maduro. Prácticamente la mitad de los ministros son de la misma añada que un servidor. Mariano Rajoy, por poco que dure al frente del mismo, ya tiene un registro histórico asegurado: Será, cuando lo deje, en 2015 o 2019 o cuando sea, el ex presidente más viejo de toda esta etapa democrática española. Adolfo Suárez tenía 49 años en 1981 y Leopoldo Calvo Sotelo 56 en 1982. En valores intermedios Felipe González, 54 en 1996 y Aznar, 51 en 2004.
A mi me parecería más razonable empezar a dejar el rumbo de España en manos de gente más joven, pero casi nunca en mi vida he acertado con mis predicciones políticas. Suerte para todos. La vamos a necesitar.