domingo, 12 de octubre de 2025

Don Opas

 

Hamás ha aceptado, de momento. Desde hace algunas horas hay menos muertes en Gaza y el enfermo que ocupa la Casa Blanca se ha quedado, de momento, sin Premio Nobel. Pese a que la ganadora, que no es precisamente la Macorina, no parece que sea muy pacífica, -oponerse a Maduro tampoco es fácil- la semana ha acabado mejor que cualquier otra de los dos últimos años. Sin saber el resultado final de la opa hostil de los financieros vascos a los catalanes –aquello de Galeusca parece que no rige en cuestiones de pasta- puede ser hora de que este blog pequeñito se ocupe del tema. Ya es bueno que la política internacional ceda algo de espacio y que nos podamos ocupar de la declaración en sede judicial del jefe de gabinete de la presidenta madrileña, por ejemplo. Hay filtraciones de lujo. Y sin saber si algún juez va a intentar descubrir el agujero del escape… Vuelvo a la opa, y al titular.

Mi especialidad no es la historia medieval pero a través de un vino manchego y de alguna juerga veraniega, allí, in situ, hace ya muchos años, me encontré con un vino de esa marca: Don Opas. Y había mucho que contar detrás de esa personalidad de la nobleza visigoda que llegó a alto cargo de la Iglesia y que pudo ser traidor a los suyos al servicio de los invasores. Todo un estilo de patriotismo. Como el que exhiben hoy a los que les falta tiempo para hacerle el coro a Trump o a Netanyahu o a cualquier líder extranjero si sirve para socavar al gobierno de España. Mi patriotismo no es de ese mundo.

Vuelvo otra vez a la opa; con mi edad no es difícil recordar cuándo escuchamos el término por primera vez. No quiero ni consultar. Me fío de mi memoria y me aparecen imágenes de personalidades que acabaron en la cárcel: Mario Conde, Javier de la Rosa… La versión hostil de las opas, como la actual de los vascos a los catalanes, pero nunca antes con este despliegue. Esta última semana se han debido de forrar los medios de comunicación privados. En los mismos “descansos”, publicidad de A contra B y de B contra A, decenas por hora, ¡Uf! Ahora a esperar el escrutinio. Larga noche electoral. No recuerdo que en los años 90 fuera exactamente igual. Los inversores repletos de petrodólares que construyeron torres espectaculares mientras Sadam Hussein tenía la ocurrencia de invadir Kuwait. Kuwait, KIO… ¿Dónde acabó todo? Sadam muy mal. No digo que no hiciera méritos… Y aquellos tiempos de socialismo light, de beautiful people, de que la mejor política económica era la inexistente, de “tonto el que no se haga millonario”, del director general de la Guardia Civil fugado… Opas tan históricas como la del obispo de Toledo.

En una autonomía pequeña, la penúltima entre las 17, con un gobierno de políticos pequeñitos, como corresponde, con listas de espera sanitarias homologables a las que salen en los medios de comunicación nacionales, con un conflicto enquistado en la educación pública, con unos consejeros que lo mejor que saben hacer es despejar balones y culpar al árbitro… Lo último que me ha llegado y que no sé hasta que punto consigue engañar a nuestros ganaderos, es la protesta contra la PAC, política agraria común, colocándosela la consejera del ramo al gobierno de España. Como la nueva tasa de basuras… también política comunitaria con el mandato de pagar en consonancia a lo que se contamina para tratar de que contaminemos menos. Susinos, consejera del sector primario, Igual, alcaldesa de Santander, ¿Quién manda en las políticas comunitarias? ¿Quién las impone con mucha frecuencia? ¿De verdad el P.P. europeo –al que pertenece el comisario Hansen- no tiene nada que ver con el vuestro? ¿O lo vuestro es solo “morro” y a ver si cuela? Y un sindicato ganadero con fama de progresista acompaña a la consejera en sus diatribas. Con esos progres para qué necesitamos carcas.

Las posibles alternancias al PP andan despistadas. El regionalismo político tiene que  aprender lo que cuesta jubilar a un gran timonel. Y ya no ocultan diferencias manifiestas. Después está el socialismo cántabro. Empezó el año a la greña interna y ahora, poco antes de terminar, empiezan a salir cosas muy feas. No sé si llegarán a la altura de Ábalos/Cerdán. Aquí todo es muy pequeñito pero las txistorras pueden ser morcillas de arroz. A ver cuánto tarda en aparecer un Kolduco.

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

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