lunes, 5 de diciembre de 2016

Votar en diciembre

El disgusto del primer ministro italiano, Renzi, tiene mucha lectura histórica en España. Hay votaciones cargadas por/de fuerzas malignas. Todavía iba yo al Instituto cuando por primera vez vi un panfleto. Estaba tirado en la calle y mojado. Llovió mucho aquel otoño.  Llamaba a abstenerse en un referéndum. Era noviembre o diciembre de 1966 y el franquismo trataba de dotarse de un maquillaje que le permitiera sentarse a la mesa europea. Quien tenía plaza en la mesa del Consejo de Ministros de Franco era el presidente-fundador del Partido Popular y, se decía, estaba refrescando la dictadura.

Evidentemente, la Ley Orgánica del Estado se aprobó por una mayoría que más tarde se ha llamado a la búlgara, estableciendo parentescos entre sistemas totalitarios de signo contrario. Exactamente diez años más tarde,  los españoles y, esta vez las españolas, sin reparos de estado civil - en el franquismo votaban solo las mujeres casadas- fueron de nuevo llamados/as a votar. La ley para la Reforma Política que abrió paso al sistema actual sin enterrar completamente la dictadura, también se votó en diciembre.

La oposición democrática, con muchos más medios que en 1966, también llamó a la abstención. El resultado no fue a la búlgara pero demostró que esa oposición democrática tenía un apoyo popular limitado. Cuarenta años después del golpe militar que dio paso a la Guerra Civil y a la dictadura, las consecuencias sociológicas se empezaban a notar. Mucho. Creo que todavía se notan.

Dos años más tarde, 1978, nos volvieron a llamar a votar otra vez en diciembre. Las condiciones eran diferentes. En junio de 1977 había habido un proceso electoral más o menos homologable. Se refrendó la Constitución que todavía está en vigor. La mayoría de lo que había sido la oposición democrática al franquismo llamó esta vez a votar favorablemente, aunque un par de meses más tarde la UCD volvió a sacar una mayoría suficiente para gobernar. Fueron asuntos internos los que llevaron a la dimisión de Suárez y ya después, en octubre de 1982, se produjo la alternancia.

Mucho más cerca, el año pasado, también votamos en diciembre. Los resultados favorables a una alternativa al PP no fueron tenidos en cuenta ni por el PSOE ni por Podemos. El dirigente supremo de este último se alegra del resultado de ayer en Italia, ¿? Yo ya he renunciado a interpretar a Pablo Iglesias II. En mi pueblo estaría situado entre aquellos tan listos, tan listos, que se dice de ellos que se han pasado (de listos)

Ah! también es diciembre en Austria. Y estamos tan contentos que los mercados bursátiles no se han desplomado pese a lo de Italia. El candidato de extrema derecha solo ha obtenido el 46% de los votos, el mismo candidato que ganó la primera vuelta en abril y que forzó una tercera oportunidad al perder en julio. Uffffff




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