lunes, 10 de diciembre de 2018

Kant y Vox


Un reciente informe del Parlamento europeo cifra el valor de la corrupción en España en un 8% del PIB, algo más de 90.000 millones de €. La mitad de todo lo que produce Grecia en un año. Mucho más de lo que consiguen honrados países hermanos como Costa Rica o Cuba. No he visto demasiados comentarios. Aunque no lo parezca a primera vista, ese es un ataque radical a muchos de los derechos humanos cuya declaración universal celebra hoy el 70 aniversario. En 1948 fue posible. Ahora creo que no lo sería.

En Bélgica no han tenido puente y además se han quedado sin gobierno. Publicar ese informe en Bruselas un 7 de diciembre puede ser buena idea para que aquí siga la épica de los caballos y las reconquistas. Los nacionalistas flamencos, tan buenos amigos del soberanismo catalán, no tragan con un moderado acuerdo para tratar de paliar el drama de las migraciones. Y rompen la baraja. Claro que el soberanismo catalán, a fuerza de huir hacia delante, ya ha llegado a la vía eslovena, y eso, con un poco de memoria, fue una guerra civil corta y televisada en directo. Pero por allí cerca hubo otras guerras más largas. Barcelona, aquella Barcelona, fue una pieza fundamental en el socorro a Sarajevo…

Supongo que a los dirigentes de Vox no les haga mucha gracia la poesía de Pablo Neruda, pero en su Canto General, los Libertadores ocupan alguna de las estrofas más bellas. Aquellos Libertadores deben estar estremecidos por haber tenido que venir a jugar la final de su copa futbolera a la madre patria. Para eso no se hizo la Emancipación.

El cuarenta aniversario de la Constitución, un hito histórico, puede convertirse en un anuncio de cacao instantáneo: La necesidad del reconstituyente. Ya tiene su aquel que 400.000 ciudadanos piensen que el reconstituyente adecuado tenga nombre de diccionario. Llevábamos cuarenta años constituidos y no hemos sido capaces de pactar las reformas necesarias. Como en cualquier vivienda sin mantenimiento adecuado llegará alguien, quizá a caballo, que estime que el edificio ya no tiene arreglo y que es mejor derribarlo.

Estaba Susana Díaz con un bonito trabalenguas sobre regeneración y degeneración y que si su PSOE estaba más limpio que algunas patenas… Cuando por la derecha de la derecha, en claro fuera de banda, llegan al Parlamento andaluz doce diputados con planes de Reconquista. Otra gracia de los guiños históricos. Esta Reconquista, como la de Queipo de Llano y Franco, marcha de sur a norte.

Aunque Vargas Llosa y yo compartimos fecha de nacimiento, ojo, él anda por los ochentas y yo no he agotado los sesentas, pero hace unos años, un 28 de marzo, varios escritores peruanos jugaron a contestar la gran pregunta ¿cuándo se jodió el Perú? Me gustó mucho uno que situaba la fecha de la jodienda en la  época colonial ilustrada, hacia mitad del siglo XVIII.

Ahora que el almirantazgo ruso ha tenido unas palabras contra Kant, y que el aeropuerto de su ciudad natal –Königsberg/Kaliningrado- no va a llevar el nombre del filósofo, creo que es el momento de preguntar/nos: ¿Cuándo se jodió la filosofía? Y la respuesta tiene que ser: Hace mucho. No sé si la poesía se jodió después de Neruda pero la posibilidad de que el aeropuerto de Santiago de Chile lleve el nombre del poeta también ha levantado ampollas. Después de Kant, en la historia del pensamiento, se colocaba Hegel y este, como muchos monarcas, repartió herencias. Alguna de ellas puede estar iluminando a Vox. Así, la filosofía se jodió después de Kant.

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