lunes, 22 de octubre de 2018

Dos caras


El hecho de que esta ciudad y región cuenten en sus escudos con las cabezas de dos mártires, ha dado lugar a innumerables bromas, con mayor o menor carga de mala uva. No alcanzo a determinar si esa bipolaridad ha llegado a nuestro propio adn. No es difícil, todavía, encontrar referencias en Vizcaya/Bizkaia, a los cucos como sinónimo de nacidos en nuestra región, por aquello de depositar huevos en nido ajeno confiando en otros la incubación. Eso se devuelve con agrias polémicas sobre los privilegios forales/derechos históricos de los del otro lado de la muga… Y, cierto es, que nacer allí, al menos hasta 1876, disminuía el peligro de morir en una guerra extraña. Otros desertaban y se marchaban a América. Todo lo vemos ahora de manera diferente.

Si salimos de localismos más o menos simpáticos, tampoco es difícil encontrar comportamientos duales, de hecho, está  plenamente de moda. En este mismo y humilde blog no hace mucho que se describió algún ida-y-vuelta de nuestro gobierno sobre asuntos muy calientes, de los que cada vez preocupan más a la ciudadanía: Migrantes, ventas de armas de dudosa legalidad… Ahora, con la carnicería del consulado saudí en Estambul cada vez mejor documentada, no ha sido nuestro gobierno muy pionero en censurar al régimen de Riad.

La mismísima Ángela Merkel se está convirtiendo en una radical por mantener alguna coherencia con sus principios conservadores y cristianos pero dentro del marco democrático. Los sauditas ya obligaron a Canadá a retirarse de posiciones éticas frente al comercio de armas a países en guerra. A ver como se va resolviendo el asesinato del infortunado Khashoggi. Son muchas las referencias por las redes sociales que no quieren imaginarse lo que hubiera ocurrido si un periodista venezolano hubiese sido descuartizado en el consulado de su país en otro lugar del mundo.

También mi semana ha transcurrido en alguna bipolaridad. Un aniversario redondo del fallecimiento de mi compañera de media vida, con reunión familiar entrañable, y la recta final de la organización de un acto solidario celebrado ayer. Haciendo muchas cosas pensando en Olivia y Diego. En qué mundo les va a tocar vivir y queriendo contribuir a que no empeore. Que mejore ya es otra aspiración radical. Ayer durante los trabajos que siguieron al éxito popular de la III edición de Santander corre por Siria, comprobé nuestras dos caras personalizadas.

Un ciclista, con sillín de bebé, me increpó al grito de: Más-trabajar-y-menos-correr ¿¿¿??? Cuando él paseaba en bici y yo cargaba con algo pesado… Racismo? Fascismo? Cubicaje cerebral escaso? Creo que científicamente sigue sin demostrarse si los cromañones y los neandertales llegaron a coexistir, pero me inclino por una respuesta afirmativa. Es posible que  sigamos conviviendo. Poco después una señora nos preguntó, a un equipo que recogía vallas, si éramos parte de la organización de Santander corre por Siria, y ante la respuesta afirmativa, nos hizo el signo de la victoria. Las dos caras.

Lo peor de las dos caras es cuando las exhibe un representante de la ciudadanía. Al presidente de la Autoridad Portuaria de Santander le parece más peligroso que un puñado de jóvenes albaneses intente abordar un barco con destino a las islas Británicas, sin el  oportuno pasaje,  que el tráfico de armas y explosivos con destino a Arabia que se realiza en este puerto. Quiere elevar la valla de delimitación del mismo. Todavía no se ha barajado, que yo sepa, la posibilidad de dotar de cuchillas a esa valla. 

Y parece que al delegado del gobierno y líder socialista en la región, no le parece mal esa idea. Me consta que ha cambiado de parecer en pocas semanas. La contribución a generar alarma injustificada del principal medio de comunicación regional, impagable. Cuando crezca el voto de extrema derecha todos mirarán para otro lado. Dos caras y muchas cruces.








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