lunes, 30 de julio de 2018

Hagiografías


El relevo en la cúpula del PP nos ha dejado un parado de lujo en la escala local. El anterior alcalde de Santander, el anterior ministro de Fomento, el anterior jefe de gabinete de la consejería de Medio Ambiente…tiene  que buscar empleo. No tiene gran experiencia en la empresa privada pero, a la vez, estoy bastante seguro que sus problemas para encontrar despacho y nómina van a ser poco comparables con los que tiene la mayoría de la población en situación de desempleo.

La sucursal regional del grupo Vocento ha hecho un despliegue bastante inaudito, en dos días consecutivos, en fin de semana, para informar de este hecho. Personalmente le deseo lo mejor y que no vuelva a la política. No voy a ser tan sectario como para  negar sus  posibles éxitos como alcalde. No es fácil no hacer nada en diez años. Se equivocan, en mi opinión, los que toman esa vía. Ha hecho cosas. Muchas o pocas. Buenas, regulares o malas. Pero la exageración, en cualquier campo, conduce a la  incredulidad. Como mínimo.

Las dificultades mayores que están teniendo sus herederos en el Ayuntamiento, transporte urbano y escolleras en la Magdalena, son proyectos acunados en su tiempo. Con él agarrado a la vara de mando, se vivieron fracasos importantes. Esta ciudad no pasó el primer corte en la carrera por la capitalidad europea de la cultura de 2016. Esta ciudad tiene anulado por el Tribunal Supremo su Plan general de ordenación urbana. Inversiones importantes se van a rescatar con el dinero de todos, con el aparcamiento de Mendicouague en cabeza. La privatización del servicio municipal de aguas no ha mejorado de manera visible el servicio y la enorme cantidad de dinero que conllevó se esfumó con muy poca trasparencia. Y, en el caso del enfrentamiento del ayuntamiento con una anciana que defendía su casa, se ganó una notable impopularidad.

Hay viviendas de titularidad municipal- no había y no está de más recordarlo- y más km de carril  bici.  Muchas más escaleras mecánicas y rampas que ayudan a salvar una orografía urbana complicada. Claro que se han hecho cosas pero se pueden contar en muchas menos páginas que las que le ha dedicado el Diario Montañés. La alcaldesa sucesora ya ha corrido a negar cualquier responsabilidad del ayuntamiento en un nuevo escándalo musical. Reconozco que no había escuchado el nombre del señor Guetta hasta estos días. Una prueba más de que la edad nos va divorciando del entorno.

Y algo que coloco entre lo que menos me gusta de la ciudad en la que nací. La alcaldesa sucesora se ha hecho la foto con señores que no conozco y una gran bandera de España a la puerta del Club Marítimo para  celebrar el 90 aniversario de la regata New York-Santander. En el subtítulo del Diario más diario de todos nuestros diarios, un innecesario recordatorio del patrocinio de Alfonso XIII. En 1928 ese rey ya hacía cinco años que cohabitaba con el dictador Primo de Rivera. A ese rey se le sigue rindiendo tributo en esta ciudad cada vez que hay ocasión y muchas más veces. ¿No es suficiente? Ahora que cada vez se habla con más claridad de las fechorías de su nieto, ¿en qué altar hemos dejado al patrocinador de la dictablanda? Compitiendo en directo con de la Serna?



lunes, 23 de julio de 2018

Mi Tour


El día 14 empecé unos días de vacaciones en Francia. No era mi primer 14 de julio en Francia. Es un día bastante especial allí. Lo pudimos comprobar por la noche viendo los fuegos artificiales desde el puente de piedra de Burdeos. Había algo más este año: Era la víspera de la final de la copa del mundo de fútbol y la selección nacional tenía por lo menos la mitad de las opciones para llevarse el título. En alguna entrada reciente ya había apuntado que tras la eliminación de España, los vecinos eran mis favoritos. Hemos ganado. Bien.

Guasapeando con mi amiga Patricia, francesa de nacimiento, colombiana sentimental por consorte y la mayor hispanófila que conozco, nos hemos preguntado si en probables vidas anteriores podríamos haber sido, cada uno de nosotros, de la nacionalidad vecina. No sé a ella, pero a mí, la francofilia declarada, alguna vez me ha costado alguna censura. Y tampoco soy un incondicional. Dejaba de comprar queso francés cuando allí se producían incidentes con nuestros camiones cargados de fresas. Debe hacer ya más de treinta años…

En este viaje, a la velocidad humana que procuran las bicicletas, he añadido alguna razón a mi afición por el país vecino. No ha sido la primera vez que me muevo en bici por Francia, pero ha sido la primera vez en que me he desplazado en ella durante una semana completa. Sin más equipaje que el que permiten las alforjas. El cuidado del territorio, seguramente algo parecido a un amor por el territorio, que se aprecia mucho mejor desde una bici que desde un coche, es un hecho que enamora. Al menos a mí.

Conozco países europeos en los que ese amor por el territorio es tan evidente o más que en Francia, pero están más lejos. Y después está lo nuestro: Uno de nuestros mayores desamores es el territorio. Con alguna excepción, escasa, parece  que disfrutamos con el maltrato al territorio. El turismo  masivo, nuestra mayor riqueza desde hace al menos medio siglo, ha sido uno de los causantes de ese desamor, pero no el único.

La desconexión que procura marchar al extranjero, aunque ese extranjero esté realmente cerca –El aeropuerto de Burdeos está a la misma distancia de mi casa que el de Barajas- me  ha dado dos beneficios por lo menos. Me he perdido los detalles de la guerra civil que han disfrutado o sufrido los populares. El regocijo que produce que una persona tan autosuficiente como la anterior vicepresidenta del gobierno sea la perdedora, debe ser compensado con la amenaza de que el partido más votado en el conjunto del territorio se eche literalmente al monte ideológico. Y eso no quiere decir que el PP de Rajoy fuera blando en materia ideológica o económica.

Volviendo al territorio. La candidatura perdedora tenía en los apoyos locales, alcaldesa y anterior alcalde, los defensores del mayor atentado al territorio que estamos sufriendo. Muy gratuito además. Las escolleras de la playa de la Magdalena, una de las pocas que en el Cantábrico está orientada al sur, son muchas cosas a la vez: Feas, innecesarias, biológicamente agresivas… pero es que en el plano social son el aglutinante de un movimiento transversal que puede significar el divorcio definitivo de la mayoría social de esta ciudad con los populares.

Desconozco como se va a adaptar la estructura regional del PP, fracturada, y la municipal de la capital, a los nuevos tiempos de Casado. Seguro que encuentran la forma. Los políticos profesionales tienen la plastilina muy cerca de su ADN. Una incógnita de cierto tamaño es el futuro de Íñigo de la Serna, autor ideológico de las escolleras. Lleva dos meses sin parar de perder. Cualquier cosa que no sea el inicio de una vida profesional alejada de la política me sorprendería.  Aunque decir algo así sea realmente arriesgado.

El otro beneficio ha sido físico. A mi edad, una semana completa dando pedales, aunque sea por el territorio llano de la Gironde, es objetivamente sano. Hoy es día de descanso y mañana creo que llega la primera etapa pirenaica, No he visto este año un solo minuto del Tour de verdad. Espero empezar mañana.


lunes, 9 de julio de 2018

Blanco y rojo (y negro)


El viernes volvía de Pirineos y pasé por Pamplona. A pesar de la hora, la de la siesta, el ambiente festivo era evidente en una ciudad en la que en esta semana es difícil ver gente vestida de un color distinto al blanco. He pasado por Pamplona por motivos diversos, algunos tremendos, muchas veces. No pude evitar el recuerdo de estas fechas de hace cuarenta años. Sí, estábamos allí. Un compañero de trabajo nos ofreció su casa, ellos se iban. Muchos pamplonicas están fuera esta semana. Otros compañeros nos acompañaban. A veces habíamos salido por Barcelona. Menos mal que no estábamos solos. Nos guiaron para evitar la batalla, aunque no siempre con éxito. No he vuelto a San Fermín ni pienso volver. Germán, no lo recordaba, tenía un año menos que yo. Otra víctima de aquel final de la tiranía. Los culpables sin castigo. Tantos estados de excepción dieron paso a un Estado excepcional.

Desde hace al menos diez años, con el asesinato de Nagore y la violación múltiple de hace dos, se va poniendo en la pantalla principal un aspecto de la fiesta que, al menos mientras yo fui joven, se comentaba en voz baja. Y es que en Pamplona por San Fermín había una libertad desconocida en las otras cincuenta y una semanas del año. Aquella ciudad carlista se iba transformando. Mientras yo fui joven, soltero, ya no lo era en 1978, nunca me llegó referencia alguna de que aquellas relaciones no fueran pactadas. No encuentro explicación a lo que ha ido sucediendo después. Tampoco a lo anterior. No sólo en el aspecto de encuentros sexuales.

En los Sanfermines de 1972 se cantaba por la calle, con el tono del funeral del labrador, de Chico Buarque y una letra arreglada: “Es el funeral de don Melitón, que está  bajo tierra por ser un cabrón. Fue el pueblo de Euskadi quien le condenó…” Meses antes ETA había asesinado a un inspector de policía de ese nombre. Faltaba año y medio para el atentado a Carrero Blanco. Lo uno y lo otro, la libertad sexual y la aparente rebeldía contra la dictadura, podrían ser minoritarias pero teñían la ciudad en fiestas.

Habrá que parar esto alguna vez. Pese a Hemingway. Los Sanfermines siguen siendo una fiesta con una base taurina cada vez más contestada. Las multitudes pueden ser muy incómodas pero también tienen partidarios. Ayer domingo, al mediodía, en Puertochico, un coche con cuatro mozos ataviados al estilo sanferminero enfilaban Tetuán, nuestro barrio que celebra la misma fiesta que Pamplona. Ventanillas bajadas y voces a los transeúntes. El tiempo justo de haber  vuelto después del encierro ¿En qué condiciones?

Apunté en este blog, en relación con las torturas  que sufrió en el final de la dictadura, la honradez y valentía de una feminista histórica. No había sido muy partidario de la teoría de Lidia Falcón y de la creación de un partido feminista, con la mujer como una clase social… debe hacer de aquella fundación unos 35 años. Lidia me parece más lúcida que nunca. En torno a la fiesta de Pamplona y sus  daños colaterales, a las propuestas de vestirse de negro o no, en el día del santo, cerraba un brillante artículo de esta manera: “(…) no se persigue la igualdad para que las mujeres sean tan bárbaras como los peores hombres sino para que todos, hombres y mujeres alcancemos un nivel superior de sensibilidad y solidaridad con todos los seres vivos”

San Fermín no puede ocultarlo todo. Aunque sea de forma telegráfica hay que señalar que hoy es el día en que se ha empezado a hablar. De  aquel parlem de octubre han pasado nueve meses. Como un embarazo. Y Ciudadanos cada vez más alineado con las tesis más reaccionarias. Y de lo que hay que hablar no es fácil pero mucho más difícil si no hay un mínimo de consenso. Y otra conversación pendiente. Los británicos se irán de la Unión, pero los costes todavía no son evaluables. Los partidarios acérrimos de referéndums, deberían tomar nota de lo ocurrido en el Reino Unido en los dos años que han pasado desde entonces.

lunes, 2 de julio de 2018

El malentendido


Este blog llega hoy a las 400 entradas. Como aquellos golpes de Truffaut que tardé muchos  años en ver. No hubiera apostado por esta regularidad cuando en septiembre de hace ocho años empecé esta escritura. Sigo con franceses. Creo que son mis favoritos ahora que los nuestros han vuelto a donde estábamos antes de un sueño futbolero que duró de  2008 a 2012. Cuando Albert Camus publicó el malentendido,  presidente Revilla ya berreaba por Polaciones.

Han pasado 74  años desde entonces. Camus murió hace mucho. Presidente Revilla sigue esperando ganar unas elecciones. Alguna vez su partido tendrá que ganar, o perder, sin él, pero parece que eso no será el año próximo. No es mi intención quitarle mérito al presidente. Tiene mucho. De las últimas seis legislaturas, ha sido vicepresidente o presidente en cinco de ellas. Nadie apuesta hoy, a diez meses para la próxima cita electoral, por otro ganador que no sea él.

Su flexibilidad, a su edad, es envidiable. Ha bastado el poco eco que se pueden permitir los populares en la actualidad y el comentario de Castañeda en el DM de ayer domingo, para que volvamos a tener el AVE a Cantabria en la portada de los medios. Vamos a seguir jugando a los trenes y con la conexión con Madrid más lenta de toda la periferia peninsular. Todo ha sido un malentendido. El difunto en este caso es la sensación de alivio, que ha durado menos que la alegría en la casa del pobre o el caramelo a la puerta del colegio.

Esa es la segunda del mitin de ayer. Que se despidan los socialistas de gestionar, mejor o peor, la educación en Cantabria. Los regionalistas van a por ella. Normal. Después de tanto jaleo y de la inclinación presidencial de los sindicatos del sector, el año que viene Mañanes volverá a su instituto a contarle a sus compañeros lo del calendario escolar. En Secundaria hay motivos extra para la celebración. En on hay que situar el modo irónico. Hasta el Corte Inglés se ha puesto en contra y el mismo día en que docentes y discentes terminan su labor, los puñeteros de la primavera en pleno invierno, empiezan con su vuelta al cole y la reserva de los libros de texto. Hay que tener las uvas ya de vinagre.

Después está la política internacional de Revilla. Su foto con Múgica estuvo simpática. Se me olvidará alguna otra pero su apuesta por López Obrador algo habrá tenido que ver, algo, no digo cuánto, con el triunfo presidencial en México. Ahora, presidente, por favor, sin quitarte el traje de Clark Kent, haz algo en Europa. Haz que nuestro puerto se distinga como el de Valencia o el de Barcelona en la política humanitaria. Que no sigamos enviando armas a países en guerra que nos devuelven personas castigadas que aspiran al refugio que no les damos. Si piensas ganar en Santander capital, todo lo otro puede resultar sencillo. Hasta gobernar Cantabria en solitario.