lunes, 19 de junio de 2017

Botinburgo y las dos caras [Para Olivia (4)]


Un día como hoy, hace ochenta años, el ejército de Franco entró en Bilbao y tu bisabuelo José Mari, pudo llegar a casa de tu bisabuela Carmen, en la calle Méndez Núñez de Santander, que era la casa de tu tatarabuela Carmen y tu tatarabuelo Mario. En generaciones posteriores nuestra relación con Bilbao se ha vuelto a cruzar más de una vez, tu tía Carmen vivió varios años aquí donde nació Carlos, el primo mayor de tu padre por la rama materna. Y aquí llegamos tu abuela y yo, con tu padre de seis años, hace ahora casi treinta y un años.

La noticia del aniversario del atentado en el Hipercor de la Meridiana o del final de la guerra civil en el País Vasco, me lleva a darte alguna nota que puede que algún día leas o te cuenten, querida nieta. Tu bisabuelo fue un refugiado, así se les denominaba. Hoy diríamos que era un desplazado interno. La suma de unos y otros alcanza a la mitad de lo que era la población siria antes del conflicto. No estamos ante conflictos nuevos. Lo que puede ser más nuevo es el incumplimiento de las leyes internacionales por parte de los poderes públicos. Mañana, 20, es el día internacional de los refugiados.

Una conmemoración que debe tener unos trescientos mil afectados más que hace un año. Son casi mil personas las que cada día deben huir de su residencia habitual para salvar la vida. Y no es un asunto que tengamos en el centro de nuestras preocupaciones. El calor, las olas de calor, los incendios forestales, los ataques terroristas de intensidad variable… futbol, cotilleos, corrupción, casi todo está por delante en el interés informativo.

Cuando tus bisabuelos se encontraron en Santander y se vieron lo que se dice flechados, el escudo de nuestra ciudad ya llevaba las cabezas de los dos santos mártires patronos de la misma y la nave y la torre del Oro, recordando la participación de nuestros marinos en la conquista de Sevilla a mediados del siglo XIII. Nuestras famosas dos caras. Algo que nos puede molestar o divertir. Que en algún momento se respondía desde, creo, el sentimiento de inferioridad respecto al agresor.

Esta semana se va a producir un acontecimiento en la historia local, con visita real incluida. Con tres años de retraso, la crisis no perdona a nadie, con Emilio, el patrón del proyecto fallecido, su hija Ana Patricia, los reyes, la alcaldesa, supongo que la reina madre Revilla  y la vicepresidenta Díaz Tezanos, no creo que falte el ministro de Fomento… y a saber cuantísimos aduladores y ciudadanos respetables más, el viernes 23 se inaugura el centro Botín, obra del ilustre arquitecto italiano Renzo Piano.

Las dos caras versión actualizada. Yo no voy a ir a la magna convocatoria. Si me lo hubieran programado otro día hubiera dudado, pero en la noche de San Juan mi lugar es junto a una hoguera. Si el Ayuntamiento de Santander anula la de la segunda playa, para realzar lo otro, buscaré otra. El baño, a mi edad, antes de que se haga de noche.

No soy muy combativo en este asunto. No voy el 23 pero iré en otro momento. Ya lo he anunciado en un acto público en el que una activista pedía más o menos boicot eterno. El edificio no parece el mejor de su autor y no me gusta el emplazamiento, pero entre que esté ahí o que no exista, me inclino por lo primero. No me gusta el patrón que lo impuso en ese lugar precisamente, ni el alcalde que lo aceptó, ni los coros de plañideras a favor y en contra… tenemos demasiados desaguisados urbanísticos en la ciudad. Me cuesta señalar uno como el más notable. Botín murió. Viva Botín.


No hay comentarios:

Publicar un comentario