lunes, 6 de marzo de 2017

Penes y vulvas

¿Ya han pasado 30 años de lo de Reinosa? Mi nieta cumple hoy seis meses. Debería mandarle una entrega dedicada, además anda acatarrada, pero me temo que no tengo optimismo suficiente. Estuve hace unos días en un acto, uno más, de los que tratan de rescatar del olvido asuntos que pueden parecer inconvenientes. Y sí, han pasado ya treinta años de aquella primavera que calentó uno de los lugares más frescos de la geografía regional. Era mi primer curso en Cantabria, recién retornado de Barcelona. Tengo memoria para recordar, en dos días distintos, la N634, no había un kilómetro de autopista entre Santander y Laredo, mi recorrido diario, con la vieja carretera nacional convertida en la retaguardia de un frente de guerra, por la cantidad de vehículos de la Guardia Civil, de distinto tipo, que rodaban hacia… Reinosa.

De acontecimientos con categoría oficial de históricos se cumple ahora el centenario. En el final del invierno de 1917, el mundo aterrado por la guerra contempló como esta se recrudecía camino de su final. La revolución en Rusia y el alivio para los imperios centrales de la liquidación del frente oriental se compensó con la entrada en la guerra de los EE.UU. La inteligencia alemana falló en el intento de involucrar a un México también sacudido por la revolución…

En lo que a veces parece que el tiempo es inmutable es en la actitud de los sectores más integristas de algunas confesiones religiosas. ¿Engañan las apariencias? Todavía no han pasado cincuenta años del escándalo producido por las esculturas de la plaza Porticada. Dos desnudos. Masculino y femenino. Ahora el autobús del integrismo pregona, con objetivo torcido, que los niños tienen pene y las niñas vulva. Bueno, es un paso. En la época de las esculturas de la Porticada pene y vulva eran palabras prohibidas. En esa época, en los ejercicios espirituales se narraban las calamidades, físicas y psíquicas, derivadas del sexo. Fundamentalmente del sexo en solitario. El sexo en compañía, fuera del sagrado sacramento, era milagroso…

Estoy razonablemente satisfecho de mi actividad en los movimientos sociales. Descartado hace muchos años un activismo más político, la acción social cubre algún gusanillo: amor al prójimo, solidaridad, rechazo de las injusticias,… todo es cercano  aunque hay quienes se empeñan en marcar diferencias. También sería un autoengaño no confesar que hay algunos sinsabores en ese frente. Uno puede estar relativamente satisfecho del éxito de una acción que ha implicado mucho trabajo durante semanas a muchos compañeros y esa misma tarde algún ciberactivista, sin despeinarse, trata de amargar ese éxito relativo en las redes sociales. Aquí decimos que así están pinados los bolos. Es lo que hay se debe entender al sur de la cordillera.

La actividad del sábado pasado en más de 60 ciudades españolas tenía relación con la mayor catástrofe humanitaria que azota Europa en setenta años: La crisis de los refugiados, el incumplimiento por parte de los estados europeos y de la UE de sus compromisos, del derecho internacional en definitiva. La escala, la más próxima al ciudadano, implicar a los ayuntamientos, facilitar a los gobiernos regionales y al central su compromiso de acogida. Desolador que desde las proximidades del poder local no se distinga entre la institución y el partido o partidos que en cada momento gobiernen. El poder local, la alcaldesa, en Calais, en el norte de Francia, del partido conservador, ha prohibido donar alimentos a los africanos que sobreviven como pueden en sus calles. También ha advertido a una organización católica que facilitaba duchas a esas mismas personas ¿Cuál es el paso siguiente?

Es el final de lo que hace tiempo algunos creímos posible: una Unión Europea líder en valores, ejemplo mundial de bienestar para todos. Pero incluso así hay africanos que mueren a diario intentando llegar a Europa. Una situación que no podrá sostenerse de manera eterna. Ahora, las autoridades comunitarias se van a emplear a fondo para el retorno de la inmigración irregular. Seguramente con mucho más celo que el empleado en acoger a quienes tienen derecho a solicitar refugio por huir de un conflicto, de una persecución… Vamos a emplear el optimismo que le quede a cada uno en situarnos dentro de cincuenta años y pensar que ocurrirá con esta crisis como ha ocurrido con penes y vulvas.


1 comentario:

  1. Felicidades, abuelo.
    Parece mentira que YA sean 6 meses.
    Olivia, y tu medio año cayó en lunes. Tu abuelo, por supuesto, empezó su blog contigo.

    ResponderEliminar