lunes, 6 de febrero de 2017

Tarajal


Puedes andar buscando si el Ars Amandi es de Ovidio o de un actor porno; si Arsénico por compasión tuvo versión teatral antes que cinematográfica o lo que quiera que andes buscando: en mi buscador habitual en cuanto escribes “ars”, en segundo lugar,  después de arsenal, viene Arsenio Fernández de Mesa. Sus méritos tendrá el hombre. Si es cierto que en los buscadores se escalan posiciones según búsquedas de la gente, al anterior director general de la Guardia Civil le buscan mucho. Aunque deberíamos buscarle mucho más. Se busca, sobre una foto del repeinado nuevo consejero de Red Eléctrica, podría ser un sueño casi erótico.

No recuerdo si Ovidio hizo fortuna y siempre tenemos presente lo de que Roma no pagaba traidores, pero a Arsenio le van pagando bastante bien. El último empleo conocido le da unos diez mil al mes por quince pagas según dicen fuentes generalmente informadas. A cargo del recibo de la luz de todos, que empieza a parecer la factura de caviar beluga de alguna familia de postín.

Y el caso es que cuando se emerge con un sueldo tan exagerado por no hacer nada, un regalito fino de verdad, nos enteramos que el empleo que debía tener este hombre es bien noble. Debería ser jardinero. Un campo en el que alguna vez parece que demostró alguna pericia. Pero no, ha tenido empleos diversos, siempre pagados con dinero público, y sin someterse a ningún examen para evaluar sus competencias. Su currículo académico es más bien confuso. No apostaría yo ni un céntimo por su título de bachiller.

Si eres amigo de alguno que manda, pongamos Rajoy, para qué otras pruebas. Y así llegas a dirigir un cuerpo de la seguridad del estado y te encabritas en la televisión y llegas al insulto contra quienes osen poner algún reparo a tu verdad. Y en pocas horas tu jefe te tiene que desmentir en parte y a costa de ponerlo todo peor,  y contar una historieta que no pasaría el aprobado ni en un parvulario. Los disparos no eran al negro ni al blanco. Se trataba de trazar una frontera en la mar…

Y ahora, con el riñón de Arsenio bien forradito, la Audiencia de Cádiz reabre un caso que estaba provisionalmente archivado. Hay pruebas gráficas y testimonios orales recogidos en el documental Tarajal y no cuesta mucho hacerse una idea de lo que realmente ocurrió aquella mañana de febrero, ahora hace tres años, en una playa de Ceuta, junto a la valla que marca la frontera con Marruecos. Una frontera maestra para la nueva administración de los Estados Unidos.

Hay por lo menos quince seres humanos que perdieron la vida en el intento de ganar una mejor y que no se ahogaron por causas naturales. El pasado viernes se proyectó el documental en Santander y el sábado unos centenares de ciudadanos reclamamos verdad, justicia y reparación para un caso que debería avergonzar a todos cuantos conserven alguna vergüenza.

Hay un nuevo director general en la Guardia Civil y un nuevo ministro del Interior. El presidente del gobierno es el mismo que amparó aquella actuación y el documental, ganador del premio al mejor largometraje documental de la Mostra de Cine catalán, empieza ahora su recorrido en castellano.

https://www.youtube.com/watch?v=81MQN-6IaFM



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