domingo, 30 de diciembre de 2012

Fin de año (casi sin mensaje)

Llegada la fecha, me dispongo a desearos que en el año nuevo se cumpla lo que vosotros querais, lo que ya habreis deseado varias veces. No me atrevo a otra cosa. No están los tiempos muy fáciles. Este blog inaugurado en septiembre de 2010, no ha tenido hasta ahora un entorno fácil. No parece que 2013 vaya a mejorar ese entorno. Pero en un día como hoy ... estarán permitidas licencias variadas. El surtido de fotos que acompañan no es muy surtido. Son todas del viaje a África de la pasada primavera y la mayoría de Gambia, seguramente la mayoría tomadas el mismo día. Ni siquiera estoy seguro de que sean las mejores pero el tiempo apremia. Y una intención. No olvidemos África. Allí no hay crisis. No saben lo que es. No han llegado a un estado, que al empeorar, se denomine crisis. Están por debajo de la crisis.
 
Un barco español en busca de
un puerto que en aquel momento también se consideraba español. No llegó nunca a ese puerto.
Confines del territorio oficial de Marruecos y el antiguo territorio administrado por España en el 
Sahara Occidental.
Con Fran Pardo, mi guia en ese viaje.


Mauritania. Muy cerca de la frontera de Senegal. La mítica etapa en la que el rally Dakar llegaba al río.







Mi número (talla) de pie es el 42 o 43. No tengo idea exacta de cómo se miden las medusas. Playa de Brufut, Gambia









Muy cerca de la medusa y minutos después. Pesca desembarcada, subasta y compra sobre la marcha. Tampoco se cocina muy lejos








Puesta de sol sobre un brazo del río Gambia en Berefet. Domingo 6 de mayo








Descarga de pesca en la playa de Tanji











Playa de Tanji












Playa de Tanji































De visita en casa de Verónica Hormaechea, en Bijilo
Sunu buga buga (growing up in the Gambia) creciendo en África









Con los twins en su chiringuito de la playa de Brufut. Cosas de África, dos hermanos mellizos que son cuatro.

Feliz Año Nuevo
Feliç Any Nou
Urte Berri On
Happy New Year
Bonne Année 2013
Ein glückliches neues Jahr

viernes, 28 de diciembre de 2012

Mi mensaje de fin de año




Considerando que todos somos iguales, que es uno de los derechos humanos básicos y garantizados, yo también voy a dejar en el espacio digital mi mensaje de fin de año. Que me perdone el jefe del Estado y los presidentes de los gobiernos, el central y los autonómicos, y todos aquellos que creen que su cargo exige lanzar en esta época del año un discurso al resto de ciudadanos. Prefiero que lo sepan en directo. A mi no me hacen falta sus mensajes, como a ellos no les hace falta el mío.

Una ventaja de ser un ciudadano de a pie es que estas líneas solo las leerán unos pocos y fundamentalmente amigos, con lo que difícilmente llegarán a molestar a nadie aunque no todos coincidan con el contenido. Al final, es lo que piensa un amigo. Pero ni el rey, ni el presidente del gobierno Rajoy, ni el presidente Diego son mis amigos. Y prefiero que lo sepan y que sepan que no me han gustado sus discursos, y que mi único consuelo es que cada vez son seguidos por menos ciudadanos. El del rey, en Nochebuena parece que ha alcanzado mínimos históricos de seguimiento.

Puede ser que muchos ciudadanos, mientras acababan de poner la mesa para la cena familiar, tuvieran un recuerdo para elefantes africanos o yernos muy poco modélicos. Lo peor, a mi juicio, una vez que en la mañana de Navidad y al día siguiente, nos fuimos enterando del contenido del mensaje del monarca, es que cada vez más, el rey se enroca. No soy buen jugador de ajedrez. Desconozco si es una buena táctica. No recuerdo si cuando la he empleado me ha ido mejor que cuando no lo he hecho. Pero el rey, como hace un siglo hizo su abuelo, liga su suerte y la de la institución, a la de los dos partidos mayoritarios.

Para uno de ellos, el PSOE, el mero hecho de que cada vez más ciudadanos vayan creyendo que no hay opción diferente, significa el suicidio. Eso y la falta de liderazgo, o la contestación cada vez más abierta a un liderazgo muy débil, precipita a los socialistas al sótano, a la trastienda, a la cada vez mayor invisibilidad. 

Fuera del “turno”, cada vez más se parece la situación a la de hace un siglo y no soy de los que creen que la historia se repite, no parece que hay alternativa sólida. Así, la desesperación ciudadana crece, la situación económica no solo no mejora, no se sabe donde puede estar el suelo del descenso, y los políticos, y sigo creyendo que la inmensa mayoría son honestos, tienen un desprestigio que nos puede abocar a cualquier intento de salida antisistema.

En la festividad de los Santos Inocentes, las noticias más calientes son la lluvia de millones de todos que se emplean para salvar algunas entidades financieras saqueadas por sus directivos y la de dos diputados de la mayoría, que en la Asamblea de Madrid se entretienen jugando con sus ingenios electrónicos mientras se privatizan centros sanitarios que eran de todos. No creo que podamos seguir así mucho más. ¿Y cuál es mi mensaje de fin de año? Tremendo, a mí, que hasta hace no mucho me han acusado de optimismo histórico, me parece que sólo sigo aquí por mi edad. 

España no es un país serio. Cada pocas décadas nos reinventamos. Llevamos los doscientos años de Edad Contemporánea como Penélope. Solamente le pido a 2013 que la próxima reinvención no pase por un baño de sangre como todas las anteriores.

martes, 11 de diciembre de 2012

Horribilis, bis





Acabado el puentazo y con las navidades y el fin de año a la vista, acabo de escuchar que se cumple no sé bien que aniversario de aquella famosa frase de la graciosa majestad de los británicos, haciendo gala de su educación exquisita y empleando el latín como medio de distanciamiento: Su año horrible. El que acaba, al menos a los que no somos ni británicos, ni graciosos, ni majestades, no se puede decir que nos haya ido muy bien. Y siempre es bueno mirar hacia atrás para comprobar que hay gente a la que le va mucho peor. En la comunidad de vecinos y en el municipio. En la región y en el país completo. Para que hablar de continentes donde nunca les ha ido bien. O a nosotros mismos cuando bebíamos agua y éramos más jóvenes y guapos.

Y como empezamos a no saber hacia donde mirar, lo mejor es distraer al personal. Buena parte de nuestras autoridades y representantes electos, en la celebración del aniversario de la Constitución vigente, -solo 34 añitos, en comparación con los 64 que ha cumplido la declaración universal de los DDHH- al presidente de nuestro Parlamento regional no le quedó mucho más remedio que embestir hacia una parte notable de la población catalana, la que defiende un nuevo marco de relaciones entre su comunidad y el resto. Horas antes el presidente regional ya había embestido a unos profesores que parece que se quejaban de vicio. Un tema del que el señor Diego tiene que saber mucho dada su profesión anterior a la de político profesional.

Creo que he vivido mucho más tiempo que el señor Cagigas en Cataluña, no soy admirador ni de Menéndez Pelayo ni de Aznar, no necesito intimidad para hablar catalán, no me gusta el señuelo de la secesión, urdido por los conservadores catalanes de la noche a la mañana, seguramente para distraer de un par de años de gobierno tan horribles como aquel de la reina graciosa…

Bueno pues el pasado jueves era más sencillo arremeter contra no se sabe muy bien quién, que citar alguno de los problemas de los distintos grupos que, junto a la pared del convento que fue fábrica de tabacos, gritaban sus diversas situaciones. A mi, no me importa reconocerlo, esa parte del discurso me sacó del sopor. Sentado junto al señor Obispo de la diócesis, llevaba –yo- un rato preguntándome la razón por la que no se había terminado ya el acto, una vez presentados los proyectos de innovación empresarial, que se habían elegido como tema central.

Una foto muy real de la actualidad. Ninguna referencia a lo que los ciudadanos más próximos sufren y, tirando de argumentario ppartidista, eso no lo supe hasta que llegué a casa y comprobé la coincidencia entre el discurso de Cagigas y el del Congreso de los Diputados, una contundencia extrema para condenar lo que en definitiva quiere una parte de los ciudadanos de otra comunidad autónoma. 

Del pan y circo hemos pasado al circo de Wert. En Italia no lo tienen mejor. Amenaza con volver el mayor dueño de circos. Mientras tanto todo, lo que se dice todo, se va desmoronando, menos la falta de vergüenza de los dirigentes que siguen diciendo que es el único camino… Lo único que no me explico es esa seguridad para pensar que el tsunami social, que tiene que llegar, les va a pillar con el chaleco salvavidas…

martes, 4 de diciembre de 2012

Ba y Ba




Unos rapidísimos apuntes de tres amigos en mi cuenta de facebook me deciden a escribir esta entrada. Hoy es la celebración de Santa Bárbara y el aniversario de la muerte de mi abuela Balbina. Mi abuela Salomé murió antes de que naciéramos casi todos sus nietos. Todos los años, desde hace 42, ha sido el aniversario de la muerte de mi abuela. Y desde hace muchos siglos se celebra la festividad de quien comparte patronazgo, un tanto dispar, entre mineros y artilleros, que a su vez comparten el tema de los explosivos…

Creo que a mis amigos les ha debido gustar más el apunte histórico. Aquella señora, citada en mi entrada anterior, titulada Comillas, muy alta, bastante delgada, moño recogido en la nuca, vestida siempre entre negro, blanco y grises, no recuerdo una nota de color en sus hábitos, es una estampa de la España en la que nació, vivió y murió. Una España con muy poco color. Y vino a morir el día en que empezó en Burgos el consejo de guerra contra activistas de ETA, varios de ellos detenidos en Mogrovejo, Liébana, en 1969.

El denominado Proceso de Burgos marcó mis primeros meses en Barcelona, donde residía desde octubre de aquel mismo año. Allí me llegó la noticia de la muerte de mi abuela. Pocos días antes habían secuestrado al cónsul de la Alemania Federal en San Sebastián. Las semanas de aquel diciembre pudieron parecer años. La prensa extranjera, que entraba con cuentagotas, se ocupó muy ampliamente del proceso. La conmutación de las penas de muerte, conocida el día de Nochevieja, tuvo lecturas muy diversas.

Un diario tan poco sospechoso como el ABC ofrece en su hemeroteca, a todo el que quiera consultarla, una página completa de las reacciones en Londres, Paris, Bruselas o Méjico, pero también en Guipuzcoa o Navarra. Una cita expresa de Severo Ochoa o del obispo de San Sebastián, que ya se permitió decir que era una noticia que contribuía a pacificar la provincia… y se pacifica, o solo se pacifica, lo que previamente no estaba en ese estado.

En fin, pese a tanto revisionismo interesado, muchas cosas habían cambiado en la sociedad española a la altura del final de 1970. Quedaban cinco años de Dictadura y no sé cuántos de transición. Todavía quedaban penas capitales por aplicar, hasta septiembre de 1975, pero insisto, la conmutación de las penas de muerte a los activistas de ETA, no fue una medida de gracia del general Franco, o no solo fue eso. La presión, interior y exterior, no sé en qué orden, forzó la medida.

Muchos de aquellos condenados a muerte en Burgos han ocupado cargos de representación democrática, y no en las filas del abertzalismo radical, una vez restaurada la democracia, o cátedras universitarias… Parece que estaban bastante lejos del puesto de fieras salvajes que les atribuyó la Dictadura. También algunos de sus abogados defensores estaban muy lejos de las posturas que han alargado la violencia terrorista hasta hace bien poco. A algunos he tenido la fortuna de tratarlos: Gregorio Peces Barba y Josep Solé Barberá, ya fallecidos. Con Pedro Ibarra Güell todavía he comido el sábado pasado …