domingo, 22 de abril de 2012

PP, Perdón y Permiso


Lo mismo que el 23 de abril se coló en mi historia personal en forma de Sant Jordi, con libros y rosas, la fórmula del perdón y el permiso me llegó de muy cerca, de una de las personas más cercanas que se puede tener en la vida. La cuestión es si es preferible pedir perdón, por haber realizado algo que daña a otros, se supone que muy cercanos, o pedir permiso previo, lo que en la práctica llevaría a no realizar la acción puesto que seguramente no se obtendría el permiso.

Parece que el monarca es partidario de pedir perdón, y lo ha hecho, lo cual no debe ser nada fácil cuando se ocupa un puesto semejante. Realmente, al menos en España, es un acontecimiento muy poco frecuente en cualquier escalón de la pirámide social ¿Es suficiente pedir perdón? Cuándo se comete un delito tipificado, con daños personales o materiales a terceros, ¿Es suficiente pedir perdón? Creo, sin ser especialista, que además se aplica la ley. Y no quiero minusvalorar el hecho de la petición de perdón, del reconocimiento del error, de la promesa de que no volverá a suceder.

El gobierno del PP, a instancias extrañas –Merkel, FMI, BCE,…- en buena medida, lo cual deja su patriotismo bastante dañado, está llevando a España a un agujero del que no volverá a salir en decenios. No menos de treinta años se han consumido, con ayudas económicas extraordinarias, que probablemente no volverán, 30 añitos, en colorear un país en blanco y negro con muchos grises. Eso era España cuando se aprobó la Constitución, cuando un intento de golpe de estado estuvo a punto de lo que estuvo a punto.

Con consensos básicos, con dirección política fundamentalmente inspirada en las políticas de la socialdemocracia, que tanto bienestar habían aportado a casi todo el continente al menos veinte años antes, y con un chorro de dinero en forma de fondos europeos a partir de 1986, España había cambiado sustancialmente. Nuestra yenka particular de dos siglos parecía que no tenía ya marcha atrás.

La nueva mayoría absoluta de los conservadores, además de todas las medidas económicas que van a tener un coste social casi imposible de evaluar en este momento y que hoy mismo hacen firmar al Nobel de Economía Krugman un artículo en el que opina que el viejo continente se está suicidando, además de todo eso está propiciando otra serie de medidas legislativas que van directamente a la yugular de la democracia. Volver a controlar los medios públicos de comunicación por el partido en el gobierno debería avergonzar por generaciones a los profesionales que se presten después de la experiencia vivida en lo últimos años.

Los intentos de considerar delitos diversas formas de protesta en la calle, siempre pacíficas, las otras no necesitan reformas, ya están tipificadas como delito, nos llevan de nuevo al país de los grises. Los recortes en educación y sanidad, a un país directamente miserable. Y no han pedido permiso, lo que hubiera implicado explicitarlo en el programa electoral del pasado noviembre. Y no van a pedir perdón. La culpa siempre es de otro. Nuestra derecha es muy existencialista. El infierno son los otros, a ser posible la izquierda, los socialistas, Zapatero. En el país de Sartre han empezado a votar hoy pero hasta el 6 de mayo no será definitivo el resultado. Un triunfo de Hollande puede ser la esperanza de Europa, l’espoir.

martes, 17 de abril de 2012

Hasta la corona



De la coronilla ya hacía tiempo que habíamos pasado, estamos hasta la corona, al menos unos cuantos. No voy a pensar que la mayoría piensa igual que yo, o parecido. Si así fuera, demasiadas cosas de la realidad no serían reales. Empezando, sin ir más lejos, por el propio rey. 

Nadie sabe lo que lamento disgustar a la presidenta de Castilla-La Mancha, que sin pasar por la peluquería, algo que nunca le ha pasado a la vicepresidenta, nos ha advertido a los que estamos largando contra la corona, aprovechando que la corona no parece que se comporta de la manera exigible, que la misma corona no hace mucho tiempo que exigía a todos, empezando por alguno de sus hijos, políticos. Como si la corona pudiera tener hijos que no sean políticos.

También Rubalcaba se ha marcado un paso de baile que no he terminado de entender. Parece que el líder socialista, cuando tiene un problema con el monarca va y se lo dice, y no parece que le ha gustado mucho lo que han largado algunos de los dirigentes de su partido, que a lo mejor les pasa como a mi, que no nos facilitan nada acercarnos a Zarzuela a despachar con el monarca.

Después está Mariano. No le ha costado casi nada que no sepamos si sabía o no el proyecto que se traía entre manos el monarca. Está tan a gusto en su papel que no tiene que interpretar. Siempre hay algún especialista cerca para jamarse el marroncillo. Y luego también tiene especialistas superiores, algo así como aquello que aparecía en las series americanas del principio de la televisión. Tenían una star, pongamos Mariano aunque nos cueste, y una,  o más, guest star que no nos queda más remedio que colocar a los ministros en primer lugar.

Tenemos a star Soria, de procedencia canaria, que se debe dedicar a algo relacionado con el petróleo. En menos de una semana ha amenazado, a Argentina o a su gobierno y nos ha dicho poco después que ya lo tenía todo encauzado, para finalizar amenazando de nuevo, una vez que el populismo latinoamericano ha dado un nuevo golpe y que parece que Repsol y España son una unidad de destino. Y quiero que se sepa, Repsol y yo no tenemos nada en común, al contrario que la escuela recortada por poner solo un ejemplo. 

Tampoco está nada mal star Margallo, que se dedica al asunto de exteriores. También en pocas horas ha colocado dos magníficos titulares: “Argentina se ha dado un tiro en el pie” y “Clinton no ha demostrado demasiado entusiasmo” Empezando por el final. Todo el mundo tiene sus propios líos y en caso de lío nadie demuestra entusiasmo con nadie, nadie, excepto los entregados. Y las entregas hay que trabajárselas. El día que España pueda influir en los hispanos de los EE.UU lo suficiente como para condicionar su voto… la cosa puede cambiar. Claro que no va a ser fácil influir en los hispanos de ninguna parte del mundo si vamos de hermano mayor abusón contra ellos.

Lo del tiro en el pie, viniendo de un ministro de la corona, es mencionar la soga no digo en casa de quien. Todavía no ha habido un ministro, o ministra, que nos ilustre sobre la agenda de la reina o la duración de las visitas a su regio esposo. Tampoco ninguno/a de ellos se ha permitido dar un parte, más o menos médico, sobre el estado del elefante, pero probablemente ese ejemplar ya no se podrá columpiar nunca más. Y para que el final nos deje regusto positivo se demuestra una vez más que no hay mal que por bien no venga. 

Estos asuntillos menores me han hecho entender, finalmente, la ventaja de que los socialistas estén en la oposición. ¿Somos capaces de imaginar los decibelios que nos hubieran rodeado si con estos temitas el inquilino de la Moncloa hubiera sido el anterior? La Brunete mediática y el estado mayor del PP hubieran despachado ya alguna flota rumbo al Río de la Plata. 

Al menos, hoy mismo, el portavoz del PP, Alonso, ha podido agradecer la postura socialista. Algo que lamento mucho más seriamente que el disgusto a Cospedal, es que Izquierda Unida de por sentado que el gobierno argentino es homologable a un gobierno progresista en Europa. A ver si se puede empezar a hacer una política que parezca Política, que falta nos hace.

martes, 10 de abril de 2012

A dos días



La supuesta refundación del capitalismo que preconizaba el pequeño presidente de un país vecino, cada hora que pasa está más clara. No quiero llamarle el pequeño (petit) Nicolás porque el original me caía muy simpático. Pero a 48 horas del centenario del naufragio del Titanic parece que lo que naufraga ahora es todo lo demás. Efectivamente se está refundando el capitalismo, pero en un sentido bastante distinto al que se indicaba hace tres años.

Si me diera por continuar la columna anterior, después de constatar que Presidente Mariano no me sigue, está claro que sólo se va  solo de vacaciones, a lo demás nos lleva a todos. En estos días en que una parte notable de nuestros vecinos, los que pueden, se reincorporan a sus actividades cotidianas, supongo al consejero de Educación de nuestro gobierno regional exultante. Ya ha conseguido portadas nacionales. Lo mismo que consiguió el presidente cuando anunció, hace unas semanas, un estado de nudismo generalizado en Cantabria.

Si hubiera dedicado toda mi vida activa a la metalurgia, como los primeros once años, quizá me viera menos afectado por determinada noticia. Pero que el mismo día en que por nota de prensa nos enteramos del recorte al recorte que mete el gobierno central en Educación y Sanidad, que ese mismo día sepamos que el consejero se mete los informes técnicos en alguna hucha particular y resucita – al fin y al cabo estamos en Pascua- el concierto al único colegio privado de la región, es una casualidad muy notable.

La demostración de que no hay para lo que no hay pero se busca bajo las piedras lo de los amigos más íntimos. A mi ya me parece bastante curioso que el mismo partido albergue espíritus tan puros como el del consejero de Educación, y alguno/a más y otros/as que no desentonarían en paisajes costumbristas como los descritos por Pereda en, pongamos, Sotileza. Pero los partidos de masas son así. Es posible, incluso, que en alguna francachela terminen cantando lo del marinero con un remito en la mano y los cincuenta señoritos paseando por el Muelle. Verdadero himno local a la lucha de clases.

Pensando en que no hay mal que cien años dure, consciente del tono lastimero de mi contribución de Pascua, quiero sobreponerme. La última escena de “Ahogada en llamas” se desarrolla en Ciriego, aunque con una ventana abierta hacia la esperanza del exilio. A las pocas horas de terminar la novela de Ruiz Mantilla asistí en Ciriego a la incineración de un amigo de los de toda la vida. Paco, banderas tricolores como la que descansaba sobre tu féretro van a ser muy visibles en otras 48 horas. Al fin y al cabo del 12 al 14, de abril y de cualquier otro mes, no hay más que eso. 

Espero que la noticia del próximo sábado no sea que hemos naufragado colectivamente. El barco es de todos aunque quienes están en el puente no se lo crean.

lunes, 2 de abril de 2012

¿Quo vadis Mariano?


El próximo jueves, Santo, la primera cadena de la televisión pública, con la coartada de llevar varias semanas ofreciendo clásicos, nos ofrece una enorme película que ya tiene mi edad. San Pedro se imagina un encuentro con Cristo, en la época de Nerón … para que veamos que una de las mayores certezas es aquella de nada nuevo bajo el sol y que cada uno justifica lo que le parece. A mi, lo que me ocurre es que no se preguntar en latín “a dónde nos llevas Mariano” Realmente a donde vaya él me deja muy al pairo.
Y lo mismo que el héroe cubano, quiero echar mis versos. Hay alguna premonición en las últimas semanas que quiero publicar para liberarme. Y si me quedaba una duda, hoy, empezando la lectura del “Viajero solitario” de Kerouac, me entero que zarpó de Brooklyn rumbo a Tanger en 1957. Y yo en un par de semanas desembarcaré en Tanger para un periplo africano… Pero llevaba yo semanas hilando lustros. Y el jueves pasado, con más gente que nunca en la Alameda- yo he sido un niño y un joven de la  Alameda y se cuando hay lo normal, menos, mucho más o la cercanía del infinito en cuanto a gente en la Alameda. Pues el jueves pasado había decenas de miles de cántabros en la Alameda. Hasta llenar dos hectáreas y la densidad que la calcule Rita.
No me entró la risa floja de puro milagro. Hace ahora cincuenta años, cuando iba o volvía al colegio, segundo de bachiller, me imaginaba detrás de cada plátano de la Alameda, esos plátanos centenarios, con heridas de bala de alguna carlistada de los años 30 de 1800, me imaginaba rojos al acecho, los rojos que escuchaba por la noche, en una supuesta radio Pirenaica que mucho más tarde me enteré que emitía desde Bucarest, o Praga, escuchaba que esos rojos estaban en todas partes, como un dios verdadero. Y donde si estaban, entonces, era en Asturias, que vivía aquella primavera el mayor movimiento huelguístico que había sacudido la España de Franco desde la de los tranvías de Barcelona de 1951.
Nadie me pregunte la razón de escuchar esa radio en casa de mis padres. Ninguna respuesta coherente se puede obtener. Pero se escuchaba. Y en aquellos días, con una compañía del regimiento Valencia que se cruzaba en mi ruta y que bajaba del Alta por Alonso Vega para recorrer desde Cuatro Caminos la calle Alta, y hacer la tarea que la Policía Armada, despachada a las cuencas mineras, no podía realizar en la Prisión Provincial, todo lo que decía aquella radio podía parecer próximo. Hemos tardado cincuenta años en llenar la Alameda de rojos... y es legítimo que nos entre la risa, ¿o no? Suponiendo que los cincuenta mil del jueves pasado fueran/fuéramos rojos.
Y entre esos cincuenta años y los veinticinco que se van a cumplir un día de éstos, del crimen de Reinosa, me niego a llamarlo los sucesos de Reinosa, en abril de 1987… Un mes más tarde el partido socialista se presentaba a las elecciones municipales con el mismo lema en toda España, también en Reinosa, “las cosas bien hechas” Lógicamente perdieron aquella alcaldía. También hace ahora veinte años que tenemos AVE, el Madrid-Sevilla es de abril del 92. Acabo de escuchar a presidente Mariano que no es tiempo de AVEs. Que no acabo yo de entender lo de este hombre y sus secuaces. Que uno puede hacer huelga de hambre pero lo que no es posible, en ese caso, es engordar.
Y por ahí han ido mis aniversarios de lustro en lustro. Hace treinta años que los generales golpistas argentinos intentaron lavar su imagen dando un golpe al Imperio Británico… El tiro por la culata literalmente, pero no murió ninguno de los generales golpistas. Y hace treinta y cinco años, el sábado de la semana santa, el gobierno de Suárez legalizó  en el PCE, a una parte muy notable de la España clandestina.
Y hace cuarenta años, y termino, y me he acordado al visitar una exposición en la Escuela de la Marina Civil, hace cuarenta años, en abril, después de una visita fallera a Valencia, yo me fui, me llevaron, al servicio militar, y varios de mis amigos estaban en la cárcel de la calle Alta y tuvieron que escaparse a Francia para no cumplir todos los años que la dictadura les había echado encima.
Va a cumplirse el décimo aniversario, en noviembre, del naufragio del Prestige. El de los hillillos de plastilina de entonces acaba de amnistiar a no se sabe cuantos chorizos defraudadores, mientras da todo lo que da a los demás, y al menos algunos nos conformamos con que la vicepresidenta no gesticule al anunciarlo. Mariano, sea a donde sea, ¿por qué no te vas tu solo?